La sexualidad sigue siendo vista hoy en día como un tabú, algo que debemos dejar sencillamente para nuestra vida privada, no presumir de ella. Cuesta creerlo en una sociedad en la que el sexo ha demostrado ser tremendamente efectivo para vender, y está, por tanto, en todas partes. Desde el cine a la música, pasando por la propia educación, donde ya se está empezando a hablar de sexo en los colegios, de una manera adecuada, por supuesto. Internet lo ha cambiado todo y el porno ahora está al alcance de cualquier al instante, incluyendo a los más jóvenes. Así que mejor mostrarles lo que es la sexualidad de una manera amable, adecuada y sin tabúes, que dejarles en manos de esas fantasías hormonadas que pueden ver en sus pantallas. Porque el sexo no siempre ha sido un tabú, pero la religión tiene mucha culpa de ello, desde que tomó el control hace unos siglos. El sexo es pecado, a través de los pensamientos impuros, y también de las acciones que llevaban a nuestros antepasados a anteponer su deseo a su fe. La lujuria era una de las manchas más grandes que un buen hombre o mujer de Dios podía tener.
En el matrimonio, las relaciones sexuales estaban consentidas con el único fin de la concepción, de traer vida al mundo. Sin embargo, el sexo por puro placer no se concebía, y tampoco las relaciones extramaritales. Tal era el terror que infundía el pecado lujurioso que en la Edad Media se empezó a hablar de unas criaturas demoníacas que tenían una sed de sexo insaciable. Los llaman súcubos, demonios que tomaban la forma de mujeres hermosas para atraer así a los hombres desprevenidos y succionar su alma y su energía sexual. Los súcubos tuvieron mucha popularidad en los misteriosos grimorios de la Edad Media y los siglos XVI y XVII, y siguen siendo, a día de hoy, personajes muy utilizados en las historias de terror. Su vinculación con otras entidades, como demonios del sueño o vampiros, es más que evidente, en otra muestra de cómo la religión siempre ha “reciclado” mitos anteriores. Aquí te vamos a contar todo lo que debes saber sobre estos seres tan especiales que, según muchos, todavía habitan entre nosotros.
Demonios sexuales del folklore
La energía sexual siempre ha sido una de las virtudes más deseadas en la mayoría de culturas, al menos antes de que la religión monoteísta impusiera su visión moralista y pecaminosa. El vigor sexual era un síntoma de hombría en el caso de los varones, y por eso su energía sexual era tan importante para ellos. Si un ente osaba atacarles, empezaría precisamente por ese factor, incluso antes que por la propia sangre, como harían los vampiros.
De ahí que los súcubos formen parte de esa larga lista de demonios sexuales que solían aparecer en las alcobas. Los visitantes de dormitorio, reconocidos en todas las épocas y culturas, acechaban en sueños a los varones y se subían sobre sus cuerpos para crearles pesadillas y de paso, robar su energía. Los súcubos son uno de los exponentes más populares de este tipo de entes demoníacos.
El disfraz de la mujer hermosa e irresistible
Según la tradición, un súcubo es un espíritu o demonio maligno que toma la forma de una mujer hermosa para seducir y atacar así más fácilmente a sus víctimas. Suelen ser hombres, aunque también mujeres, pero sobre todo jóvenes, con gran vitalidad y mucha energía sexual. Y es que estas entidades se nutren precisamente de ese vigor, del deseo sexual de sus víctimas, que absorben mientras les provocan pesadillas, subiéndose sobre su abdomen. Los súcubos podían transformarse en mujeres muy atractivas para conseguir llegar a sus víctimas y tener intimidad con ellas en sus alcobas. Durante el coito, les atacaban, llegando a matarles en muchas ocasiones, o simplemente dejándoles malheridos y cansados, por robar toda su energía.
La sensualidad de los súcubos tenía que ver con su atractivo físico, pero también había un punto intrínsecamente paranormal que provocaba que los hombres cayeren bajo su hechizo. La manera en la que se presentan ante sus víctimas va cambiando con el tiempo, pero siempre suelen hacerlo en lugares oscuros y de noche. Por eso es tan habitual confundirlos con vampiros, seres que también tienen cierto objetivo común. Los súcubos, sin embargo, no son muertos vivientes, ni antes fueron mujeres. Son entes sin género, en realidad, y de hecho también está la contraparte masculina, los íncubos, que atacan a jóvenes doncellas para violarlas y robarles su virginidad. El sexo con forma de demonio, para asustar a aquellos que estén tentados de probar el dulce placercarnal antes de tiempo. Una buena forma de disuasión, desde luego.
Literatura y súcubos
Estos seres sobrenaturales han protagonizado numerosos relatos de terror a los largo de estos siglos. Aparecen, como ya decíamos, en aquellos compendios demoníacos de la Edad Media, cuando se les consideraba seres reales. Hoy por hoy, evidentemente, este punto es más complicado, aunque también hay muchos investigadores que han seguido la pista de los súcubos e íncubos desde el punto de vista paranormal. Su máxima expresión ha llegado a través de la literatura, la cultura, el cine y el arte en general. En ocasiones, por su forma abstracta, hay personajes que, si bien no son concebidos como súcubos, encajan perfectamente en el perfil que hemos expuesto.
Lilith, la supuesta primera amante de Adán, sería el primer súcubo de la historia. Aparecen este tipo de demonios, bajo esta designación o con otra similar, en muchas mitologías. Fiura, por ejemplo, es la mujer de Trauco en la mitología chilota, y en el folklore escandinavo encontramos a la Huidra, una especie de joven bellísima que secuestraba a los hombres, por su verdadera personalidad demoníaca. En las sagas fantásticas recientes encontramos numerosos ejemplos, como en los libros de Dieciséis Lunas, o en el manga japonés, donde este tipo de personajes son muy habituales.
Los súcubos en el cine y la televisión
Las películas y series de televisión también se han aprovechado de la popularidad del súcubo para plantear tramas donde normalmente el personaje actúa como villano. Ya en Embrujadas, mítica serie fantástica de los 90, encontramos numerosos episodios donde estas mujeres fatales tenían que enfrentarse a las hermanas Halliwell. En uno de los más recordados episodios de Expediente X, el agente Fox Mulder debe zafarse de un precioso súcubo que le había hechizado con su belleza. La serie canadiense La Reina de las Sombras gira en torno a las aventuras de un súcubo joven que descubre sus poderes y trata de controlarlos para no herir a los demás.
También se han visto muchos súcubos en la gran pantalla. En Jennifer´s Body, el personaje principal actúa como uno de estos demonios, aunque originalmente es una chica normal. También aparece un súcubo, en este caso en forma de niña pequeña, en la película Case 39, despojado eso sí de toda la parafernalia sexual. Un súcubo es también protagonista de la película de terror Siren, donde uno de estos seres llega a un pueblo haciéndose pasar por el mitológico personaje marino.